Desde el
aeropuerto de
Dubrovnik cogemos un shuttle bus (5€, 45 min) al centro. El viaje discurre por una preciosa carretera de montaña que bordea la costa. Las laderas están llenas de casitas de piedra con tejados rojos, y el mar está salpicado de islotes y embarcaciones de recreo de diferentes tamaños. En la
bus station de
Dubrovnik caben justos 10 autobuses, un kiosco y una sala de espera, poco mas. Billete a
Mostar 103,5 kn, salida 15:15. Queda mas de 1h, así que vamos a comer a una terraza frente a la estación
Gatto (78 kn), sandwich de pollo, dos cervezas, papas y café.
Aunque el bus es directo paramos un par de veces para mostrar pasaportes, y otra para cruzar la frontera, desde donde aún quedan 44 km a Mostar. Total unas 3h.
Mostar, la capital de Hercegovina, muy dañada durante la guerra que asoló la antigua Yugoslavia en los años 90, recibe el nombre de su famoso puente, el
Stari Most, símbolo de unión entre las dos culturas en que está dividida la ciudad, los católicos croatas al oeste y los musulmanes bosnios al este del río Neretva. A su alrededor el antiguo casco medieval de origen otomano está repleto de calles estrechas y empedradas reconstruidas después de la guerra, en las que abundan los turistas, y las tiendas de recuerdos y artesanía.
La ciudad tiene un amplio número de hoteles y pensiones y, aunque es un lugar cada vez mas turístico, no es necesario reservar con antelación. Treinta minutos de paseo por el barrio viejo bastan para visitar una docena de establecimientos de todos los precios.
Pansion Rose, 43€. Hab amplia, correcta y muy limpia, aunque algo apartada del centro. Desayuno incluido, wifi, tv, aire acondicionado y parking. Establecimiento familiar, organizan excursiones por la zona e incluso traslados a Sarajevo.
En
Tourist Info Centar, una pequeña agencia que se encuentra en la entrada de la ciudad vieja, contratamos una
excursión (25€ c/u) por la región de Herzegovina.
08:00 Nos esperan Sasa (conductor) y Selma (guía), alrededor de 25 años, con un pequeño coche rojo. Ella es una fuente de información completa y constante, y aunque habla un español bastante correcto (a nuestro entender) prefiere realizar el tour en inglés. Todo transcurre a las mil maravillas. Siete horas, de 08:00 a 15:00.
A 20 km de Mostar está
Blagaj, un pequeño pueblo paralelo al río Buna. En lo alto de la colina se ven las ruinas del castillo Old Blagaj Fort, residencia de Stjepan Vukcic, y lugar de nacimiento de la reina bosnia Katarina Kosaca-Kotromanic. Al final del pueblo se encuentra
Vrelo Bune, el curioso punto de nacimiento del río Buna. De la boca de una cueva rodeada de altos acantilados emergen
las aguas de un río subterráneo de origen kárstico que más adelante morirá en el Neretva, el río que atraviesa el barrio viejo de Mostar. Junto a la entrada de la cueva se construyó en 1520
Blagaj Tekija, un monasterio de estilo otomano habitado por monjes derviches.
Dicen que el monasterio es visitable y que se puede acceder al interior de la cueva en bote, recorriendo parte del río subterráneo, pero nosotros lo encontramos cerrado.
Zitomislici es uno de los monasterios ortodoxos mas antiguos de Bosnia Herzegovina. Fue construido sobre las ruinas de una antigua iglesia en 1566 y dedicado a la Madre de Dios de la Anunciación. Durante la guerra de los Balcanes, fue atacado y destruido a conciencia. El tesoro y la biblioteca, que contenía docenas de manuscritos de los siglos XVI y XVII fueron saqueados, y otros edificios, incluyendo el cementerio fueron dinamitados y demolidos por completo. Actualmente viven tres monjes en él, y aunque se pueden hacer fotos del interior, curiosamente no pueden aparecer en ellas personas.
Todo el tramo de carretera que va desde Mostar hasta Citluk, donde se bifurca por un lado a Capljina pasando por Medugorje, y por otro a Ljubuski, es conocido como el Wine Road gracias a los cientos de hectáreas cubiertas de vid que adornan el paisaje.
Medugorje es la versión balcánica de Lourdes o Fátima.
Dicen que en 1981 la Virgen se apareció a seis adolescentes mientras jugaban en las montañas entre Medugorje y Bijakovici. Desde entonces las apariciones no han cesado, y se dice que la Virgen María se aparece cada día a tres de ellos y una vez al año a los otros tres. Y aunque la Iglesia Católica no ha reconocido todavía las apariciones, se calcula que alrededor de 15 millones de personas entre peregrinos, creyentes y curiosos se han acercado hasta aquí desde entonces, convirtiendo lo que era una pequeña y polvorienta aldea en una máquina de hacer dinero. Una cruz azul marca el lugar exacto de la aparición, ahora llamado Apparition Hill.
Kravica waterfalls son unas cascadas de agua fría y clara que cae en un pequeño valle. La cascada sobre el río Trebižat hace 120 mts de ancho y 27 mts de alto. Bajo las cascadas hay un pequeño lago que es muy popular para nadar en verano. Hay también una bonita playa de arena y un pequeño merendero donde poder disfrutar de las vistas y relajarse escuchando el eco de las cataratas.
Aunque que Mostar está comunicado con la mayoría de poblaciones de la zona con autobús, su frecuencia de paso es escasa, limitándose en muchos casos a un único trayecto al día. De hecho no existe transporte público a las cataratas, por ello un tour organizado parece la opción mas cómoda y rápida.
El
Stari Most es un puente otomano (XVI) que cruza el río Neretva construido originalmente para remplazar otro de madera. Está flanqueado por las torres de vigía de Tara y Helebija. A pesar de su escaso valor estratégico durante la Guerra de los Balcanes fue completamente destruido, derrumbando así todo un símbolo de convivencia y tolerancia entre culturas, de los que la ciudad había sido un claro ejemplo. Fue reconstruido con fondos de la UNESCO e inaugurado en el 2004. En los meses estivales es tradicional entre algunos jóvenes saltar al río desde sus 24 mts de altura. Cruzando el puente seguimos la calle
Kujundziluk, llena a ambos lados de tiendas, artesanos y restaurantes hasta la
Mezquita Koski Mehmed Pasha (1617), cuyo minarete (4€) ofrece unas vistas insuperables del puente y el barrio viejo. A pocos metros acaba el antiguo barrio turco y comienza la Mostar moderna. Algunas mezquitas, cementerios musulmanes llenos de lapidas de 1993, y en las inmediaciones del
Hotel Ero, la antigua primera línea de fuego, algunas casas tiroteadas y semi destruidas.
La oferta gastronómica es exquisita pero limitada, reduciéndose básicamente a las terrazas y cafeterías a lo largo del río Neretva que ofrecen sobre todo menús balcánicos de carnes y quesos.
Restoran Babilon. Tomamos dos menús: soup,
japrak,
veal on skewer,
mixed salad,
hurmasica,
baklava, café y té 25€. Uno de los restaurantes que hay en los márgenes del río con privilegiadas vistas sobre el puente. Los precios duplican la media pero la ubicación es difícil de mejorar.
Las estaciones de tren y
autobuses comparten ubicación al norte de la ciudad, ofreciendo recorridos por la ciudad nueva y la mayoría de los destinos de los alrededores, así como destinos internacionales en Croacia, Montenegro o Serbia. Los horarios para Sarajevo son
Globtour 06:30, 08:30, 15:15 y 18:45,
Autoprevoz 6, 7, 9, 11, 15 y 18:15.
Otros destinos.