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Sri Lanka

Sri Lanka

Itinerario Anuradhapura Trincomalee Sigiriya Polonaruwa Kandy Ella Arugam Bay Tissimaharama Rekawa Hiriketiya Beach Negombo Templos y estatuas de Buda escondidos entre arrozales y palmeras, ruinas milenarias, árboles sagrados; tamiles y singaleses, budistas, cristianos, musulmanes e hindúes; búfalos de agua, leopardos, osos, ballenas, tiburones, tortugas, cobras, ranas, elefantes; campos de té, espesas selvas salpicadas de cascadas y cataratas, jardines de especias y orquídeas, lagunas, bosques de caoba, ébano y sándalo; hoteles en casas coloniales, resorts en la playa, centros de spa en la montaña, tratamientos de ayurveda y meditación, clases de yoga; reservas naturales, santuarios marinos, playas de arena blanca, cocoteros, surf, buceo con botella o tubo; y ocho lugares declarados por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad; todo ello amenizado por la rica gastronomía ceilandesa. Sri Lanka es todo eso, no está mal para un país con una extensión equivalente a dos veces Cataluña, y que despegó como destino turístico de masas (muy popular para lunas de miel) en 2010, tras el final de una larga guerra civil con los tamiles del norte.

Por cierto, Sri Lanka es una isla, situada al sureste de la India; el estrecho de Palk, de apenas 50 km en su punto más estrecho, las separa. Diversos reinos se turnaban el control de la isla hasta la llegada de los portugueses en el siglo XVI, los holandeses a mediados del XVII y los británicos en el XIX, Ceilán, como se conocía la isla hasta entonces, se independizo en febrero de 1.948. A los pocos años se impone el cingalés como lengua oficial y se niega la ciudadanía a los tamiles, ubicados en el norte y que son la cuarta parte de la población. Fue el primer ingrediente de un campo de cultivo que inició una guerra civil 30 años más tarde que duraría 25 años (1983-2009).

Sri Lanka es el destino perfecto de playa y cultura, fácil, barato, con buena meteorología vayas cuando vayas, aunque se ve condicionada por tres monzones que afectan en diferentes zonas de la isla durante todo el año; para entendernos, siempre habrá alguna zona donde esté lloviendo. Sri Lanka es un país barato, un recorrido de 20 km en tuktuk cuesta menos de 5€, una habitación doble grande, de 35 m2 con baño privado cuesta 25€ - 35€, menú para dos personas en un restaurante local 3€ - 4€, en uno orientado a turistas 15€. Los accesos a los recintos arqueológicos suben hasta los 25€ - 30€ los de primer nivel, y alquilar un guía privado durante una visita de tres o cuatro horas son unos 15€, aunque aquí entran tus dotes / ganas de regateo. El gasto total por persona, incluyendo aviones, hoteles, comida, alquiler tuktuk, gasolina, visitas culturales, regalos, propinas... fue de 1.660€ por una estancia de 21 días.
Playa de Arugam Bay Templo del Diente de Budha, Kandy Graffiti en Kandy Lake Gadaladeniya Vihara, alrededores de Kandy Plantaciones de té, Haputale
Todo esto está muy bien, pero cuando estés en Sri Lanka te darás cuenta que su mejor activo es su gente, amables, atentos, hospitalaria, nunca tendrás una mala cara, siempre hay una sonrisa en su rostro, una buena intención. Sri lanka inició un camino hacia los infiernos a principios de 2022, cuando el gobierno se quedó sin dólares y no pudo acceder a los mercados internacionales de compra de crudo. Los precios se han disparado, bienes básicos como el arroz cuestan el triple, y la ausencia de gasolina, y sobre todo de diésel, provoca cierres de escuelas, desabastecimiento en algunos comercios y restaurantes, caída en picado del turismo... hay que hacer hasta cuatro días de cola para llenar el depósito de un tuktuk (nueve litros), todo y con eso, cuando llegas a una gasolinera, con cientos de metros de cola, rápidamente te buscan y te invitan a colocarte el primero, e incluso discuten con el dueño si no quiere llenarte el depósito porque hay restricciones. Si, soy un turista y llevo divisas, pero no me gustaría ver una situación similar en Europa.