Tres meses después ya estamos de vuelta en Sudáfrica. Y es que nos encantó el pais, lo fácil que resulta desplazarse en coche, las experiencias de contacto con la naturaleza inimaginables en Europa que ofrecen sus parques naturales, lo bien equipados y gestionados que están sus campings, las barbacoas, y lo barato que resulta para los estándares europeos. Así que animados por la tarjeta
Wildcard, que da acceso a 80 parques naturales durante un año (
SAN Parks map ), decidimos tomarlo como excusa y visitar otra parte del país.
Si el primer destino turístico del Sudáfrica es el Parque Nacional Kruger, el segundo es la
Garden Route, una estrecha franja de costa al sur del país que alberga una gran variedad de ecosistemas, dunas de arena, bosques tropicales, bosques sobre dunas, lagunas, estuarios, zonas semi áridas… y donde, aunque no hay tanta cantidad como en los parques orientales del pais, hay una gran variedad de fauna, pudiendo avistar los
big five (león, leopardo, rinoceronte, búfalo y elefante), antílopes de todo tipo, avestruces, pingüinos, ballenas o tiburones blancos, con los que es posible sumergirse en jaulas de seguridad.
Nuestra ruta empieza en Ciudad del Cabo, la ciudad favorita de los sudafricanos; un rápido vistazo a la zona vinícola de Paarl, la capital mundial de las avestruces en Oudtshoorn, una semana entera recorriendo la Garden Route, y para acabar Addo Elephant NP, donde la pregunta no es si veras elefantes, si no cuantos habrá en la próxima manada. Un relajado viaje en coche de alquiler desde Ciudad del Cabo a Porth Elizabeth, una ruta de algo mas de 1.000 km muy cómoda para hacer en tres semanas.
Sudáfrica tiene la extensión de España, Portugal y Francia juntos, así que es fácil comprender que las diferencias entre un extremo y otro del pais pueden ser notables. La mayoría de pequeñas poblaciones que cruzamos en nuestro primer viaje, encajaban en cualquier pais africano de los que hemos estado, construcciones precarias de una o dos plantas, miseria generalizada, gente desplazándose por los arcenes a falta de transporte publico de calidad, animales de granja sueltos, calles sin asfaltar... Este lado de Sudáfrica parece otro país, fácilmente ubicable en Europa. Ciudades limpias, cómodas y ordenadas, transporte publico abundante y de calidad; y zonas de ocio donde una variada clase media compuesta por blancos, negros e indios disfruta por igual. Es mas, no es raro ver blancos sirviendo detrás de una barra o en la caja de un supermercado, aunque tampoco son mayoría.
Los
precios son un poco mas elevados que en el lado oriental del pais, pero aun así y todo siguen siendo muy asumibles: 25€ por una plaza de camping, entre 15 y 25 euros comida para dos (35€ cena de fin de año para dos), y 25€ diarios alquiler de coche pequeño con seguro a todo riesgo. Las
carreteras están bien mantenidas, bien señalizadas, hay una gasolinera en cada pueblo; y las áreas de descanso consistentes en unas mesas y unos bancos bajo la sombra de algún árbol, son frecuentes. Como ya sabíamos conducen un poco rápido y se pegan demasiado al de delante, pero nunca pitan ni te ponen nervioso. No es un mal lugar para conducir una vez te habitúas a conducir por la izquierda.
Los restaurantes de formato americano y los fast foods están muy extendidos. A pesar de todo la comida no es mala, verduras y carnes son deliciosas, a veces es mas fácil encontrar vino que cerveza, y no sabemos porque en los supermercados el pimiento se paga a precio de oro, 2€ uno rojo o verde, el amarillo incluso más. Y por ultimo, el tema de la inseguridad. Según las estadísticas, Sudáfrica es uno de los países mas violentos del mundo, en 2012 se produjeron una media diaria de 42 homicidios, 45 atracos a complejos residenciales y mas de 500 agresiones graves. La historia de Sudáfrica es una historia de violencia, es el lenguaje hablado desde la llegada de los primeros colonos hasta el apartheid. El peligro es real, hay policía armada en algunas playas, o agentes de seguridad con armas largas en supermercados y gasolineras, pero tomando las precauciones mínimas lógicas, y consultado siempre con los locales ante cualquier duda, no deberíamos vernos afectados como turistas. Nosotros en ningún momento nos sentimos amenazados o inseguros, y nos movimos con total libertad, en cualquier lugar y a cualquier hora.