REP. BALTICAS

Desde Siauliau a Vilnius hay cuatro trenes al día (08:56, 13:52, 17:22 y 19:13) que tardan unas 2h30, y otros tantos autobuses (5:15, 6:30, 9:30, 12:20, 15:05, 16:10 y 19:00) que tardan entre 3h30 y 4h. Así que opto por el tren de las 08:56, 33,4 LT. El tren tiene su origen en Klaipeda. Es cómodo y puntual, aunque va bastante lleno. El paisaje tremendamente verde como siempre.

Vilnius es capital de Lituania desde 1323 cuando el Gran Duque Gediminas transfirió el gobierno desde Trakai. La continua erosión del río Vilnia sobre la primera localización de la ciudad, obligó en la Edad Media a desplazarse a la ubicación actual. Dicen que Vilnius tiene uno de los cascos antiguos mas bellos del Báltico, y a juzgar por el número de turistas así debe ser. Una muralla con nueve puertas, de las que apenas quedan restos, rodeaban la ciudad vieja. Hoy sus calles, peatonales la mayoría, están llenas de turistas que pasean entre tiendas de souvenirs y terrazas de bares y restaurantes. Edificios barrocos, museos, la vieja universidad, un montón de iglesias, e incluso una sinagoga, aportan el punto cultural. La ciudad vieja de Vilnius es, como en las otras dos capitales bálticas, un lugar que no depara grandes sorpresas, ideal para pasear sin rumbo, para dejarse llevar.

Un buen punto para iniciar el recorrido es la Plaza de la Catedral, un enorme espacio abierto creado a finales del siglo XIX. La Catedral católica de San Estanislao y San Vladislav ha sido escenario de coronaciones, bautizos y bodas reales, y es el lugar donde están enterrados muchos nobles y obispos del Gran Ducado de Lituania. Las partes mas antiguas que se conservan son la antigua muralla del templo, de los siglos XIII-XV, y un fresco del siglo XIV pintado en una de sus bóvedas. Frente a ella esta la Torre de la Campana, que formaba parte de las murallas de la ciudad antes de ser reconvertida en campanario.

En el otro extremo de la plaza está el monumento a Gediminas, Gran Duque de Lituania a primeros del siglo XIV, y fundador de la ciudad en 1323. Tras él está el Palacio de los Grandes Duques (XV), que fue durante cuatro siglos el centro político, administrativo y cultural del Gran Ducado de Lituania. Demolido en 1801, entre 2002 y 2009 se levantó un nuevo palacio en su emplazamiento original. Una de las baldosas de la plaza decorada con la palabra Stebuklas (milagro), marca el inicio de la Cadena Báltica, una cadena humana de dos millones de personas, que unió Tallinn con Riga el 23 de agosto de 1989, reclamando la liberación de los tres estados bálticos. Se dice que si quieres ver cumplido un deseo, hay que pedirlo y dar tres vueltas completas sobre la baldosa.

En la Plaza de la Catedral nace la calle Pilies, la mas importante, concurrida y turística del casco antiguo, que llena de tiendas de souvenirs, pubs y restaurantes, llega convertida en Didžioji hasta la Plaza del Ayuntamiento, que ha sido centro de comercio y reunión desde la construcción del primer Ayuntamiento en 1432. Actualmente su aspecto ha cambiado, y es un majestuoso y compacto edificio, cuya llamativa fachada es un pórtico de 6 columnas dóricas coronado con un frontón triangular. Desde aquí es fácil visitar las calles Gaono y Zydu, donde aún quedan testimonios del una vez populoso barrio judío, entre ellos la Sinagoga Coral (1903), el único templo activo que sobrevivió al holocausto y los soviéticos, del centenar que había en la ciudad.

Convertida en Aušros Vartai, la calle sigue hasta la Puerta del Alba, la única sobreviviente de las primeras cinco puertas originales de la muralla de la ciudad, construida entre 1503 y 1522. Es un puerta con doble cara donde, por su lado interior, una ventana deja ver una pequeñisima capilla que contiene un icono milagroso de la virgen, pintado en 1620. Acceso Aušros Vartai, 14.

Si os gustan las iglesias, aquí hay para aburrir. Para mí la mas interesante es la Iglesia del Espíritu Santo (1408), el principal lugar de culto polaco en la ciudad, que se encuentra en la calle Dominikonu. En su interior no queda ni un centímetro libre, 16 altares, 45 cuadros y el órgano, conviven con estucos, esculturas, y los frescos que cubren la cúpula. Cerca de allí están la Iglesia de Santa Catalina, flanqueada por sus dos torres de color melocotón; y la Iglesia franciscana de la Asunción, 1421, originariamente gótica, pero que tras varios incendios fue reconstruida en estilo barroco durante el siglo XVIII. Detrás del ayuntamiento está la Iglesia de San Casimiro, la primera iglesia barroca de la ciudad, levantada por los jesuitas en 1604. Y cerca de la plaza de la catedral la iglesia de Santa Ana, que dicen es la mas bonita de la ciudad. Fue construida por el Gran Duque de Lituania Alejandro I, entre 1495 y 1500, en estilo gótico, y ha sobrevivido hasta nuestros días sin apenas cambios.

Una de las calles mas interesantes que nace en Pilies es Literatu. Empezó a llamarse así a partir de la segunda mitad del siglo XIX, en honor al poeta polaco Adam Mickiewicz, que vivió en ella. En 2008 un grupo de artistas tuvo la idea de revivir la calle, y decorar las paredes con obras de arte relacionadas con escritores y literatos de todas las épocas que han dejado huella en la ciudad. Son pequeñas placas u objetos de materiales diversos como metal, madera, vidrio o cerámica, de no mas de 30 cm. Hay una lista que relaciona la obra (están numeradas) con el autor y el literato homenajeado. Había unas 300 obras en abril de 2014.

El aeropuerto está a once minutos en taxi, al menos a las 05:00 que éramos el único coche en la calle. Tal vez más tarde, con el tráfico diario, se tarde la media hora que decían en el hotel. Pre reservo con Smartaxi (tef 1820), que permite pagos con tarjeta.

Litinterp B&B, 100 LT. Bien gestionado y céntrico, a un minuto de la Plaza de la Catedral. Habitación cómoda y limpia, con baño privado, y wifi. No incluye desayuno, aunque se puede solicitar por 10 LT extra.  Muy buen servicio de información turística.

Leiciai Aline, 44,7 LT. Decoración medieval y terraza tranquila en un patio interior. Otra vez la adictiva sopa šaltibarščiai, unos deliciosos cepelinai, postre y cerveza Earl. Forto dvaras, 33,4 LT. Terraza en la calle Pilies con una gran variedad de platos lituanos. Pido dzukiska silkiu (arenque con champiñones, cebolla y pasas), y kraujinai vedarai (pudin de sangre con crema amarga, o sea morcillas), y una cerveza. Cili Pica, 19 LT. Otra terraza en Pilies. En la carta solo hay ensaladas y pizzas, eso sí, hay mas de 50 diferentes. Forest, 33 LT. Chuletas de cerdo, sopa borscht y cerveza. Moderno, ecológico y agradable. El cerdo era tiernísimo. Relación calidad precio estupenda.