Costa Rica

Desde La Fortuna hasta La Pavona, donde se encuentra el muelle para coger las barcas a Tortuguero, se tarda unas 3h30. La carretera está asfaltada y el tráfico es un poco más intenso que de costumbre, sobre todo camiones. A partir de Guapiles la cosa se complica y la media no supera los 40 km/h. Los últimos 18 km previos al muelle son una pista de gravilla. Una vez en el muelle hay un parquing enorme, con capacidad para 200 coches, 10$ la noche; y un restaurante con buena sombra. Acceso al lavabo 500 colones. El parquing está vigilado las 24h, así que dejamos las maletas dentro del coche y nos vamos con las mochilas pequeñas. La barca cuesta 1.600 colones por trayecto, más 500 por la mochilita. El trayecto dura entre 1h30 y 2h dependiendo de la profundidad del río, y de las paradas que haga hasta llegar al muelle de Tortuguero.

Tortuguero es un pueblo pequeño, un centenar de casas tal vez, que forma un triángulo entre la laguna y sus canales, el mar Caribe y el Parque Nacional Tortuguero. Su calle principal discurre paralela al canal principal, en el centro queda el embarcadero, hay 500 mts a un lado hasta el cajero automático, y otros 300 mts al otro hasta la entrada al Parque Nacional. Todo en esta calle son servicios turísticos: restaurantes, supermercados, tiendas de souvenirs, agencias turísticas, y vendedores ambulantes de comida, artesanía, raspados, batidos... Los hoteles, con amplia oferta de precios y comodidades, se ubican sobre todo entre la calle principal y la playa.

El Parque Nacional Tortuguero se creó en 1975 para proteger la flora y fauna de esta región, especialmente las poblaciones de tortuga verde, baula y carey que anidan aquí cada año desde marzo hasta mediados de Octubre. Este parque es una de las zonas más salvajes del país. Formado por un bosque húmedo atravesado por una red de lagunas y canales navegables, es hábitat de gran variedad de mamíferos y reptiles: la danta, el jaguar, monos aulladores, pizotes, mapaches, murciélagos pescadores, ranas venenosas, caimanes, iguanas, nutrias, ocelotes, manatíes, o la tortuga jicotea negra, muy común en los canales. Por otro lado es un gran lugar para la observación de aves: loros, garzas, tucanes, jacanas, halcones y muchos otros.

Cabinas Icaco, 35$ la noche. Frente a la playa, cerca del campo de futbol. Habitación triple, básica pero correcta, baño privado y agua caliente, ventilador, wifi, terraza con dos sillas y una mesa. No incluye desayuno. Hay servicio de lavandería, un área de chill out con hamacas frente a la playa, y en recepción organizan tours por la zona. El servicio es muy amable y la zona muy tranquila para dormir. Miss Míriam. Junto al campo de fútbol. Cocina local caribeña. Platos de pollo y chuleta de cerdo acompañados de rice and beans, arroz caribeño, frijoles, plátano frito y ensalada, 11.100 colones. La mejor comida de todo el viaje.

Asociación de Guías de Tortuguero. Junto al muelle. Aunque ofrecen los mismos tours y al mismo precio que en el hotel, nos pareció que de esta manera contribuimos sin intermediarios al desarrollo de la comunidad. Las opciones son: avistamiento nocturno de tortugas poniendo huevos en la playa, travesía por los canales del parque natural en canoa o kayak, caminata por el parque natural nocturna o diurna, tirolinas, ascensión al cerro y tour de pesca. Cobro en metálico.

Avistamiento de tortugas. Precio 25$. Esta actividad es, sin duda, el principal reclamo turístico de Tortuguero, y seguramente del país. Durante la temporada de anidamiento, entre las 18h y las 6h está prohibido acceder a la playa, para no molestar a las tortugas que, aprovechando la seguridad de la noche, salen del mar y remontan la arena para poner los huevos. Si deseas presenciar este maravilloso espectáculo de la naturaleza hay que contratar un tour. La playa queda dividida en cinco sectores, cada día a las 17h se hace un sorteo para determinar en qué horario (20h-22h o 22h-24h) y sector va cada guía con su grupo. De esta manera se supone que se balancea la carga turística para causar el menor impacto posible. En nuestro turno y sector somos unos cinco grupos de 10 a 12 personas cada uno, que nos reunimos en un punto concreto frente a la playa. Allí están los ojeadores, que buscan las tortugas por la playa y una vez encontradas determinan el momento en que puede iniciarse la visita. Puede darse el caso de que no se aviste ninguna, entonces con el mismo ticket se puede volver al día siguiente. Una vez ha excavado el nido y han comenzado a caer los huevos nos podemos acercar. Por turnos, los grupos se acercan dejando siempre un metro de distancia. Hay bastante descontrol, algunos guías gritan, algunos turistas no respetan los turnos... Solo se respeta la prohibición de encender luces, y no hacer fotos ni videos, el resto de normas mínimas de decencia y respeto se pierden. "¿Es estresante para las tortugas?", pregunta un bobo, disfrutando con la respuesta negativa que limpia su conciencia. Como siempre es un arma de doble filo, seguramente es mejor ser víctima de turistas desconsiderados que de furtivos asesinos, pero es una actividad que requiere de mas control y menos turistas, aunque ello implique subir el precio.

Paseo en canoa por los canales. Precio 20$, más 15$ el acceso al parque natural. Hay cuatro salidas, una cada dos horas empezando a las 6h de la mañana. El mejor turno es el primero, sin sol y coincidiendo con el despertar de los animales. En la Centro de la Asociación de Guías nos recoge Antonio, nuestro barquero y guía, quien remará durante todo el camino y nos dará información sobre la fauna y flora que vayamos viendo. El paseo dura 2h30 y transcurre en su mayor parte por canales menores cerrados al tráfico motorizado. Vemos basiliscos hembras y macho, cuatro caimanes, uno de ellos tras haber cazado una iguana que todavía lleva en la boca, aves diversas, tucanes pequeños, garzas, una tortuga jicotea, iguanas, monos aulladores, monos araña y alguna bestia más. El paseo es muy agradable y el ver fauna está garantizado, sobre todo si llevas un buen ojeador como Antonio.

El acceso al Parque Nacional Tortuguero cuesta 15$ diarios, no importa el número de actividades que realices en él, así que si has hecho un tour en canoa o kayak, es buena idea aprovechar para realizar una caminata. El único sendero habilitado para turistas, es una pista de tierra de unos 2,5 km, que discurre paralela a la playa. Es un hábitat completamente selvático, y aunque existe la posibilidad remota de encontrarte con un tapir o un jaguar, lo más probable es que no pases de un montón de lagartos, iguanas, mariposas y algún tucán. En el último tramo del sendero se ven a nuestra izquierda los nidos de tortugas. Vemos con estupor como un grupo de buitres se pega un festín en uno de ellos, dan ganas de intervenir, las tortugas son tan dulces y los buitres tan feos... pero hay que dejar que la naturaleza siga su curso.

Fresh Food. Frente al muelle, junto al supermercado Morpho. Cocina caribeña, y excepcionales zumos servidos en enormes copas de medio litro. Patacones, y cesta de plátano frito con carne y ensalada, 9.800 colones. Muy bueno todo.

A eso de las cinco salimos a pasear por la playa, sabedores de que a esa hora empiezan a abrirse algunos nidos de tortugas, y las crías inician su camino hacia el mar. Bingo!!! En el sector de dentro del parque nos topamos con uno, hace un rato que ha comenzado, ya hay unos pocos turistas embobados con las graciosas tortuguitas. Las tortugas, dependiendo de la especie ponen entre 80 y 200 huevos. No sabemos cuánto tiempo llevan estas saliendo del nido, pero vemos las 30 o 40 últimas crías. La playa hace fácilmente 50 mts de ancho, las tortugas de apenas 5 centímetros emprenden una emocionante carrera llena de obstáculos. Cualquier socavón en la arena, una pisada humana, ramas, algas, restos de cocos y conchas, todo lo que encuentran a su paso es decenas de veces mayor que ellas, y parece que vayan ciegas chocando contra todo, pero siempre acaban encontrando un acceso dirección al mar. Cuando alcanzan la orilla deben adentrarse bien para que el mar las engulla, si las pilla a medio camino la ola las expulsa de nuevo. Una vez en el agua aún tienen que nadar 20 km para estar a salvo de depredadores. Solo un 2% de las tortugas lo consiguen, en este caso se debió de salvar el nido entero, seguramente la presencia de turistas ayudó a que los depredadores se mantuvieran alejados.

Como no tenemos mucha hambre, para cenar compramos una brocheta de ternera arreglada, o sea, con acompañamiento de ensalada, plátano frito y una salsa, 1.500 colones. De postre, en un pequeño local familiar dirección al parque tomamos un par de pipas frías, 500 colones cada una. Igual que ayer, hoy desayunamos en D'leite, un restaurante con terraza frente al muelle. Nos lo recomendó un guía local el primer día. Huevos rancheros con tostadas y pinto, huevos revueltos con tostadas, dos zumos y dos tés, unos 7.000 colones. La comida es deliciosa, la terraza tranquila y con sombra, y es frecuentado por locales, buena señal.